Te explicamos quién fue Francisco Villa, dónde nació y cuál fue su papel en la Revolución mexicana. Además, sus características y frases famosas.
¿Quién fue Francisco Villa?
José Doroteo Arango (1878-1923), mejor conocido como Francisco Villa o Pancho Villa, fue un líder revolucionario mexicano, general de la División del Norte durante la Revolución mexicana, apodado el “Centauro del Norte”.
Fue una pieza clave de la insurrección contra la dictadura de Porfirio Díaz y contra la presidencia de Victoriano Huerta, y ocupó el cargo de gobernador provisional del estado mexicano de Chihuahua. También se destacó por invadir territorio estadounidense en Columbus, Nuevo México, en 1916.
Sus tropas leales recibieron el nombre de “villistas” y eran reconocidas por sus prácticas de redistribución forzada de la riqueza: arrebataban las tierras de los hacendados para entregarlas a los campesinos pobres. Villa también se adueñó de trenes y usó dinero fiduciario para costear su causa.
Numerosos corridos y cantos populares consagraron el nombre de Villa entre los héroes nacionales, aunque en muchas obras literarias y cinematográficas se lo presentó como un simple bandido benefactor, una suerte de Robin Hood mexicano.
Murió en 1923 acribillado por una ráfaga de disparos mientras conducía su automóvil. Sus restos fueron los últimos en ser trasladados al mausoleo del Monumento a la Revolución en la Ciudad de México, en 1976.
- Ver además: Historia de México
Los primeros años de Francisco Villa
José Doroteo Arango nació en Durango, México, en 1878, en la hacienda de Río Grande (actual La Coyotada) del municipio de San Juan del Río. Era hijo de los aparceros Agustín Arango y Micaela Arámbula, pero quedó huérfano de padre a temprana edad.
Sobre su juventud existen distintas versiones. La más extendida sostiene que, a la muerte de su padre, debió ayudar a su madre a sostener a sus hermanos trabajando como aparcero en una hacienda, hasta que uno de los dueños se propasó con una de sus hermanas y Arango le disparó. A partir de entonces escapó a las montañas y vivió como fugitivo durante casi 20 años.
Se unió a un grupo de bandoleros con los que logró acumular dinero mientras eludía a los rurales (la guardia montada del gobierno de Porfirio Díaz). Buena parte de los bienes que robaba los repartía entre su familia, sus amigos y otros sectores pobres. En 1903, fue reclutado por el ejército federal pero desertó y escapó a Chihuahua.
En esta época, cambió su nombre por el de Francisco “Pancho” Villa. Las razones son motivo de discusión. Algunos sostienen que Francisco Villa era el nombre de un famoso bandido de Coahuila y Durango, que Arango había adoptado como seudónimo para ocultar su nombre real. Otros aceptan la versión del propio Villa: que su padre, Agustín Arango, era hijo ilegítimo de un potentado llamado Jesús Villa, y que él simplemente se había limitado a adoptar el apellido de su abuelo.
La participación de Francisco Villa en la Revolución mexicana
Villa se involucró en el movimiento revolucionario en 1910, en apoyo al levantamiento de Francisco I. Madero en contra del régimen de Porfirio Díaz, conocido como el Porfiriato.
En las filas maderistas fue educado políticamente y fue especialmente valorado por sus conocimientos sobre la tierra y la gente del norte de México. No solo se convirtió en un soldado audaz y organizado, sino que reclutó y comandó tropas irregulares en acciones militares exitosas en el norte.
Cuando cayó el Porfiriato y asumió la presidencia Madero en 1911, Villa combatió al servicio del gobierno maderista y se incorporó a la División del Norte del ejército federal comandada por Victoriano Huerta.
Fue ascendido a general brigadier honorario, pero el general Huerta, quien tenía simpatía por las clases terratenientes y desprecio por revolucionarios como Villa, aprovechó un altercado en torno al robo de un caballo y a la declaración de Villa de que abandonaría la División del Norte, para acusarlo de rebelión y mandarlo a fusilar. Madero evitó la ejecución pero Villa fue enviado a prisión, de donde se fugó a fines de 1912 y huyó a Estados Unidos.
Villa como gobernador de Chihuahua
Cuando el presidente Madero fue asesinado y Victoriano Huerta usurpó la presidencia en febrero de 1913, Villa regresó a México y organizó un cuerpo militar en Chihuahua para combatir contra el usurpador. Se unió al movimiento constitucionalista de Venustiano Carranza, y su cuerpo militar, que pasó a formar parte del Ejército Constitucionalista, fue llamado División del Norte. Villa fue nombrado general en jefe. Gracias a su talento militar, en enero de 1914 ya controlaba gran parte del estado de Chihuahua.
En diciembre de 1913, Villa fue nombrado gobernador provisional de Chihuahua. Al poco tiempo fue reemplazado, pero mantuvo el control de las decisiones de sus inmediatos sucesores.
En Chihuahua, Villa ejerció su autoridad en lo comercial, lo burocrático y lo legal. Expulsó a españoles sospechosos de haber colaborado con Huerta, imprimió billetes, embargó tiendas, confiscó tierras de grandes terratenientes para financiar al ejército y distribuir entre viudas y huérfanos de los caídos en la revolución, y fundó escuelas a las que se dice que él mismo asistía para aprender a leer y escribir.
La Convención de Aguascalientes
En junio de 1914, la División del Norte al mando de Villa tomó la ciudad de Zacatecas, lo que dejó abierto el camino hacia la Ciudad de México. Este hecho fue importante para el triunfo contra el gobierno de Huerta, quien se vio obligado a renunciar en julio de ese mismo año. Sin embargo, este hecho alentó la rivalidad entre Villa y Carranza, pues este último había impartido unas órdenes que no fueron cumplidas por Villa y sus hombres.
Carranza convocó una convención de las distintas fuerzas revolucionarias para limar asperezas y acordar un plan de acción. Su intención era consolidar el nuevo orden político, mientras que Villa y otros líderes revolucionarios proponían implementar reformas sociales. La convención se reunió en la Ciudad de México, pero los desacuerdos motivaron que se trasladara a Aguascalientes.
Allí, la convención estuvo fuertemente influida por Villa y Emiliano Zapata. Se declaró soberana, proclamó como presidente a Eulalio Gutiérrez Ortiz (quien luego renunció y fue reemplazado por Roque González Garza) y nombró a Villa comandante del Ejército Convencionista. Villa y Zapata se dirigieron a la Ciudad de México mientras Carranza, apoyado por el general Álvaro Obregón, se instaló en Veracruz y desconoció al gobierno convencionista. Así comenzó la guerra entre los ejércitos convencionista y constitucionalista.
La derrota de Francisco Villa
Durante los siguientes meses, Villa sufrió una serie de derrotas militares que poco a poco lo obligaron a replegarse en el norte. Mientras tanto, el carrancismo se hacía fuerte en buena parte de México y el bando convencionista experimentaba fragmentaciones internas.
En ese entonces, Estados Unidos intervino en el conflicto y se alió con Carranza para derrotar a Villa. Las represalias villistas contra la nación extranjera no se hicieron esperar e incluyeron robos de trenes y masacres de trabajadores de las mineras estadounidenses. En marzo de 1916, Villa y sus tropas atacaron el pueblo de Columbus, Nuevo México, en Estados Unidos, y esto provocó que un cuerpo del ejército estadounidense, bajo el mando del general John Pershing, persiguiera a los villistas, que debieron dispersarse en territorio mexicano.
Entre 1917 y 1920, las fuerzas de Villa fueron mermando y se convirtieron en un grupo dedicado a la actividad guerrillera contra el gobierno de Carranza, quien había logrado promulgar una Constitución y se había proclamado presidente constitucional. Los villistas eran acosados por las tropas mexicanas y estadounidenses.
En 1920 murió asesinado Carranza y asumió la presidencia Adolfo de la Huerta, quien gestionó la rendición de Villa para poner fin al conflicto. A cambio de que depusiera las armas, le fue cedida una hacienda en Durango para su retiro y un reparto de tierras entre sus hombres. Villa aceptó y se instaló en la hacienda de Canutillo.
- Ver también: Constitución mexicana de 1917
La muerte de Francisco Villa
Ante el temor de que Villa retomara las armas cuando su enemigo Álvaro Obregón asumió la presidencia en diciembre de 1920, se hicieron planes para asesinarlo. Estos se concretaron el 20 de julio de 1923. Francisco Villa fue emboscado y acribillado a balazos en Parral, en el estado de Chihuahua, mientras conducía su automóvil para regresar a Canutillo.
Si bien se ha especulado sobre los autores intelectuales del asesinato, la información disponible sugiere que fue ordenado por el secretario de Gobernación, Plutarco Elías Calles, posiblemente con el conocimiento del presidente. Los entendimientos de este con el gobierno de Estados Unidos pueden haber motivado el crimen.
El cadáver de Villa permaneció en el panteón de Parral, donde fue decapitado en 1926. El paradero de su cabeza sigue siendo desconocido. En 1976, los restos que se conservaron fueron trasladados al mausoleo del Monumento a la Revolución, en la Ciudad de México.
Esposas e hijos de Francisco Villa
Se ignora cuántas esposas tuvo Francisco Villa. Una versión sostiene que contrajo matrimonio unas setenta y cinco veces, pero la lista conocida no supera las veinte, sin contar amoríos casuales. La lista incluye a mujeres de Durango, Chihuahua, Coahuila y Zacatecas.
La principal esposa legítima de Villa fue Luz Corral, de Chihuahua, con quien se casó por iglesia en 1911 y por civil en 1915. También fue importante su matrimonio con Juana Torres (de Coahuila) en 1913, y con Soledad Seáñez Holguín (de Chihuahua) en 1919.
La lista de hijos de Villa también es extensa y posiblemente incompleta. Actualmente, se reconocen al menos 26 hijos con distintas mujeres.
Frases de Pancho Villa
Algunas frases célebres atribuidas a Villa son:
- “Yo prefiero pagar primero a un maestro y después a un general”.
- “La igualdad no existe, ni puede existir. Es mentira que todos podemos ser iguales; hay que darle a cada quien el lugar que le corresponde”.
- “Los ejércitos son los más grandes apoyos de la tiranía. No puede haber dictador sin su ejército”.
- “Compañeros de armas y señores. No crean ustedes que el que les va a hablar es un filósofo, soy un hombre de pueblo, pero ustedes comprenderán que estos hombres, cuando hablan, hablan con el corazón”.
- “No crean ustedes que el que haya yo asumido esta actitud de paz, sea porque no puedo sostenerme. Villa puede sostenerse el tiempo que quiera”.
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Referencias
- Katz, F. (1998). The Life and Times of Pancho Villa. Stanford University Press.
- Taibo II, P. I. (2006). Pancho Villa. Una biografía narrativa. Planeta.
- von Wobeser, G. (coord.) (2014). Historia de México. Fondo de Cultura Económica.
- "Pancho Villa" en https://www.britannica.com/.
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