Te explicamos qué es un debate y cuáles son sus características principales. Además, sus elementos y sus reglas de conducta.

¿Qué es un debate?
El debate es una forma de comunicación entre dos o más personas que consiste en el intercambio de ideas opuestas o diferentes respecto a un mismo tema. El encuentro puede darse entre individuos o grupos, y tiene como finalidad abordar un asunto específico desde distintas perspectivas.
En un ambiente escolar y académico, el debate es una herramienta útil para analizar temas de estudio y favorecer un mayor nivel de reflexión. No se trata de una pelea o de una burla hacia el otro, sino de una conversación entre personas que se respetan y se escuchan.
Es comprensible que las personas tengan diferentes opiniones y reacciones sobre un mismo tema, especialmente si está relacionado con la política o la ética. A través del debate es posible que las partes no cambien de opinión, pero sí logren comprender mejor a quienes piensan distinto.
Características del debate
Un debate se caracteriza por ser un espacio de encuentro seguro para la confrontación de ideas, basado en el respeto y sin violencia (de lo contrario, sería un enfrentamiento). Existen dos tipos generales de debate, dependiendo del ambiente en el que tengan lugar:
- Los debates formales. Son aquellos que suelen seguir una estructura definida, con tiempos establecidos para que los oradores expongan y para que la audiencia haga preguntas. Incluso pueden contar con un moderador, encargado de mantener el orden entre las partes. Por ejemplo, un debate informativo ofrecido por una autoridad dirigido a una audiencia especializada o periodística.
- Los debates informales. Son aquellos que surgen de manera espontánea, sin estructura ni acuerdo previo, y permiten el intercambio de opiniones contrapuestas de manera armoniosa. Suelen ser muy interesantes y genuinos, ya que permiten que afloren pensamientos y emociones sin premeditación. Por ejemplo, los debates que surgen en una cena familiar o durante una clase escolar.
Tanto los debates formales como los informales pueden emplear diferentes tonos de comunicación:
- Un tono informativo. La información que se debate se presenta de forma clara y completa, basada en hechos y evidencias. Un orador puede ser quien exponga esos datos, y la audiencia, quien haga preguntas para despejar dudas.
- Un tono argumentativo. Los datos y las afirmaciones que respaldan un punto de vista deben basarse en fuentes confiable, para evitar que el debate se convierta en una discusión sin sentido entre las posturas opuestas.
- Un tono persuasivo. Un orador (o grupo al que representa) puede tener la intención de convencer a una audiencia. Para lograrlo, recurre a estrategias de persuasión basadas en la lógica, emotividad o simpatía.
Estructura de un debate formal
Un debate formal se desarrolla a partir de una estructura organizada que contempla distintas etapas y procedimientos, con el objetivo de exponer las ideas de forma ordenada, clara y respetuosa:
- Planificación del tema o hipótesis que se va a debatir, formulada de manera clara y adecuada para el público al que se dirige.
- Organización de los participantes, incluidos los oradores, la audiencia, el moderador y cualquier otro rol relevante.
- Definición de la secuencia o estructura del debate, con los momentos asignados para cada intervención. Por ejemplo, un orador puede responder las preguntas del público únicamente al finalizar su exposición.
- Inicio del debate propiamente dicho, que puede estar a cargo del moderador o realizarse directamente por los oradores.
- Desarrollo del debate, siguiendo la secuencia y los procedimientos planificados, de modo que cada parte pueda exponer sus argumentos, formular preguntas y responder.
- Cierre del debate, a cargo del moderador o de algún participante, para sintetizar ideas o dar por concluido el encuentro.
Reglas de conducta

Para que un debate se desarrolle en forma adecuada y en armonía, es necesario que cada parte respete ciertas reglas generales de conducta:
- Ser tolerante frente a las opiniones de los demás.
- Escuchar sin interrumpir.
- No subestimar ni burlarse de quien piensa distinto.
- Evitar alzar la voz para interrumpir a otro participante.
- Mantenerse enfocado en el tema y no desviar la conversación.
- Formular críticas con fundamentos o con propuestas superadoras.
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