Reconquista española

Te explicamos qué fue la Reconquista y cuáles fueron sus etapas. Además, las formas de repoblación y las manifestaciones artísticas.

El período de la Reconquista duró casi ochocientos años.

¿Qué fue la Reconquista española?

Se llama Reconquista al período de la historia de la Península Ibérica comprendido entre los años 718 (fecha probable de la rebelión de Pelayo, quien hizo frente en Asturias a la expansión musulmana que había comenzado en 711) y 1492 (cuando se produjo la caída del reino nazarí de Granada ante las tropas de los Reyes Católicos).

Durante este largo período de casi ochocientos años, reinos cristianos y musulmanes coexistieron y lucharon en el territorio peninsular. Antes de la invasión musulmana, la península estuvo dominada por el reino visigodo, cuyos últimos reyes profesaban el catolicismo.

El término “Reconquista” ha sido muy discutido. Pese a los esfuerzos de algunos de los reinos cristianos por presentarse como sucesores de los visigodos, los reinos que “reconquistaron” la península nacieron con posterioridad a la invasión islámica, por lo que se trataría de una conquista a secas. No obstante, la expresión es utilizada por muchos historiadores para designar este período.

Preguntas frecuentes

¿Qué fue la Reconquista?

Fue un período de casi ochocientos años de enfrentamiento entre reinos cristianos y musulmanes de la Península Ibérica durante la Edad Media. Comenzó luego de la invasión islámica de la península en el siglo VIII. 

¿Por qué se llamó así?

Se lo llamó “Reconquista” porque los reinos cristianos que combatieron contra los musulmanes se identificaron con el reino visigodo cristiano que había dominado en la península antes de la invasión islámica.

¿Quiénes participaron en la Reconquista?

En las distintas etapas de la Reconquista se formaron diversos reinos que participaron en los enfrentamientos. En Al-Ándalus (el territorio gobernado por autoridades musulmanas), se sucedieron el califato de Córdoba, el emirato de Córdoba, los reinos de taifas, los imperios norteafricanos (almorávide y almohade) y el reino nazarí de Granada. En la España cristiana, la primera fase de la Reconquista fue protagonizada por Asturias y las siguientes por los reinos de Castilla y León, Aragón y Navarra.

¿Cómo empezó y cómo terminó la Reconquista?

La Reconquista comenzó en 718, poco después de la invasión árabe y norteafricana de la Península Ibérica que había iniciado en 711. Los musulmanes controlaban la mayor parte de la península y Pelayo, un caudillo cristiano que se convirtió en el primer rey de Asturias, se rebeló y venció a un ejército islámico en la batalla de Covadonga (718). La Reconquista terminó el 2 de enero de 1492, cuando el último reino musulmán de la península, el reino nazarí de Granada, se rindió ante las tropas de los Reyes Católicos.

Los primeros núcleos de resistencia cristiana

En las montañas del norte de la península ibérica se comenzaron a organizar núcleos de resistencia cristianos luego de la derrota del reino visigodo ante las tropas musulmanas del califato Omeya en 711. Hasta el siglo X, estos núcleos simplemente resistían u ocupaban zonas despobladas, como el norte de la cuenca del Duero. Los árabes y bereberes musulmanes, cuyo territorio en la península era denominado Al-Ándalus, tenían la hegemonía.

El núcleo asturiano

En 722, Pelayo (un noble posiblemente visigodo) y los indígenas astures derrotaron en Covadonga a un ejército expedicionario musulmán. A partir de ese momento comenzó a organizarse el reino de Asturias.

  • Alfonso I de Asturias (739-757) asumió la herencia visigoda: estableció el Fuero Juzgo (un código legal que sometía a todos los habitantes del reino a unas mismas leyes) y otros elementos políticos visigodos. La emigración hacia el norte de población visigoda e hispanorromana reforzó esta continuidad.
  • Alfonso II (791-842) estableció la capital en Oviedo. Durante su reinado se descubrió una tumba que fue atribuida al apóstol Santiago el Mayor, lo que dio origen a la peregrinación cristiana conocida como Camino de Santiago.
  • Alfonso III (866-910) llevó la frontera del reino hasta la línea del río Duero, al ocupar la cuenca norte (que era “tierra de nadie”). Durante su reinado se escribieron varias crónicas que reforzaron la idea de la continuidad entre el reino visigodo y el reino astur-leonés. A su muerte se trasladó la capital a León y se constituyó el reino de León.

El núcleo navarro

La zona occidental de los Pirineos se encontraba entre el reino franco y Al-Ándalus. Tras la batalla de Roncesvalles, en la que grupos vascones de la región de Navarra triunfaron contra los francos en 778, se impuso la dinastía Íñiga en el reino de Pamplona.

El núcleo navarro llegó a su apogeo con Sancho III el Mayor (1000-1035), quien extendió su poder a Aragón y Castilla. Fue el monarca más poderoso de los reinos cristianos de la Península Ibérica en el siglo XI.

El núcleo aragonés y el núcleo catalán

El núcleo aragonés se formó en zonas de débil poblamiento en el Pirineo central. Estuvo primero bajo la influencia de los carolingios y después de los navarros. Protagonizó escasos avances en la Reconquista ante el potente núcleo musulmán en torno al valle del Ebro.

En el norte de la actual Cataluña, el reino franco carolingio estableció la Marca Hispánica, una zona de frontera entre el reino carolingio y Al-Ándalus que quedó organizada en condados. Pronto el condado de Barcelona predominó sobre los demás. Wifredo el Velloso, conde de Barcelona, reconquistó algunos territorios e inició un proceso de independencia respecto al debilitado reino franco. Ya en el siglo X, los sucesores de Wifredo el Velloso dejaron de prestar homenaje feudal al monarca francés y el condado de Barcelona pasó a ser una entidad política independiente

La historia política de los reinos cristianos peninsulares

A medida que avanzaba la Reconquista, Castilla se independizó de León en el siglo X u XI, Portugal se independizó de Galicia en el siglo XII y Aragón se expandió hacia el sur en los siglos XI y XII.

Posteriormente, Castilla incorporó a Asturias, León, Galicia y parte del reino de Navarra. Por otro lado, Aragón absorbió al condado de Barcelona y al reino de Valencia: a principios del siglo XII, Petronila de Aragón contrajo matrimonio con Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona, y el hijo de ambos, Alfonso II, fue el primer monarca en heredar los dos títulos de rey de Aragón y conde de Barcelona. A partir de ese momento, la unión de estos dos territorios fue conocida como la corona de Aragón.

  • Ver también: Reinos españoles de la Edad Media

Las principales etapas de la Reconquista

En el largo período de enfrentamiento entre musulmanes y cristianos que caracterizó a la Reconquista se pueden distinguir al menos cuatro etapas:

  • Primera etapa (siglos VIII-X). Desde los primeros enfrentamientos de importancia, como la victoria cristiana en Covadonga (722), se abrió un largo período en el que los núcleos cristianos del norte consolidaron su territorio y avanzaron levemente hacia el sur. El reino de Asturias alcanzó la línea del río Duero en el año 910. Esto llevó a que los sucesores de Alfonso III trasladaran el centro político del reino a León.
  • Segunda etapa (siglos XI y primera mitad del XII). Los reinos de León y Castilla aprovecharon la debilidad musulmana provocada por la disgregación del califato de Córdoba en múltiples reinos de taifas. Atravesaron la cordillera Central y ocuparon la cuenca del río Tajo. Toledo fue reconquistada en 1085 y el territorio situado entre la cordillera del Sistema Central y el río Tajo fue incorporado al reino de Toledo, que quedó bajo la autoridad de la corona de Castilla.
    La invasión almorávide, proveniente del norte de África, puso un freno al proceso de expansión castellano-leonés, pero el avance cristiano hacia el sur se reactivó en el este cuando Alfonso I de Aragón reconquistó Zaragoza en 1118 y Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona, conquistó Tortosa (1148) y Lérida (1149). Mientras tanto, Alfonso I, el primer rey de Portugal, conquistó Lisboa en 1147.
  • Tercera etapa (fines del siglo XII y principios del XIII). El avance cristiano fue nuevamente interrumpido, esta vez por la llegada de los almohades desde el norte de África. Sin embargo, poco a poco Castilla y León consiguieron dominar los valles del río Guadiana y de Sierra Morena, en el sur. Ese proceso culminó con la batalla de Las Navas de Tolosa (1212): la victoria cristiana permitió el avance hacia el valle del Guadalquivir y Valencia.
  • Cuarta etapa (siglos XIII a XV). La rápida ocupación del valle del Guadalquivir (Córdoba, Sevilla) por las fuerzas de Fernando III el Santo (rey de Castilla y de León) y de Valencia y las islas Baleares por Jaime I el Conquistador (rey de Aragón) provocó que el último reino musulmán quedara instalado en Granada.

Al final de la Edad Media, la península estaba repartida en cuatro reinos cristianos (Castilla, Aragón, Navarra y Portugal) y un reino musulmán (Granada). El reino nazarí de Granada resistió hasta su rendición ante las fuerzas de los Reyes Católicos el 2 de enero de 1492.

Las formas de repoblación durante la Reconquista

A medida que los reinos cristianos conquistaban territorios durante la Reconquista, se llevaba adelante la repoblación: la ocupación y explotación económica de los territorios conquistados. Estas formas de ocupación determinaron durante siglos la estructura de la propiedad en España y Portugal.

Se pueden distinguir diferentes formas de repoblación en las distintas etapas de la Reconquista:

  • Primera etapa. Presura o aprisio, en la repoblación del valle del Duero y la plana de Vich (zonas casi deshabitadas).

Los campesinos, a veces dirigidos por un noble o un clérigo, ocupaban de forma libre la tierra. El rey sancionaba posteriormente la legalidad de la propiedad.

Esta repoblación generaba una sociedad de campesinos libres basada en la pequeña propiedad. Los campesinos se comprometían en la defensa militar de la tierra conquistada (como fue el caso de los campesinos-villanos castellanos).

  • Segunda etapa. Repoblación concejil, en los valles del Ebro y el Tajo.

La repoblación se basaba en la creación de concejos y ciudades con su alfoz (jurisdicción), a los que se dotaba de fueros o cartas pueblas, es decir, libertades y privilegios para sus habitantes con el objetivo de atraer a la población a zonas de frontera que solían ser peligrosas. La caballería villana (tropas a caballo formadas por habitantes de las ciudades o villas) quedaba encargada de la defensa y se consolidaba como el grupo social hegemónico en los nuevos núcleos de población.

Esta repoblación fue dirigida por el rey y dio forma a una sociedad basada en la mediana propiedad. En las zonas como Toledo o Zaragoza, la abundante población musulmana fue expulsada al campo o a los arrabales de las ciudades.

  • Tercera etapa. Repoblación de los valles altos del Júcar-Turia y el Guadiana.

La repoblación en esta etapa se basó en repartimientos a las grandes órdenes militares de Santiago, Calatrava, Alcántara y Montesa (Aragón).

Esta repoblación creó una zona caracterizada por los grandes latifundios ganaderos con fortalezas para defender la frontera.

  • Cuarta etapa. Repoblación de Extremadura, valle del Guadalquivir y Levante.

Los reyes otorgaron territorios a los nobles y guerreros que participaron en la conquista militar: donadíos (grandes latifundios para la gran nobleza) o heredamientos (propiedades más pequeñas). El nuevo tipo de estructura agraria se basó en la gran propiedad. En las ciudades se organizaron concejos.

La mayor parte de los musulmanes huyeron al reino de Granada. Sin embargo, en las tierras de cultivo de Levante muchos permanecieron trabajando para la nobleza cristiana.

En las islas Baleares hubo repartimientos entre la nobleza y la población musulmana fue diezmada o expulsada.

Pese a estos diferentes modelos de repoblación, el modelo de sociedad feudal se consolidó en toda la península, con sus instituciones típicas como el vasallaje y los señoríos territorial y jurisdiccional.

La diversidad cultural en los reinos cristianos de la Reconquista

Durante la época de la Reconquista, las relaciones entre los cristianos y los musulmanes no fueron siempre de guerra. Hubo también coexistencia y mutuas influencias culturales entre las tres religiones presentes en la península: la cristiana, la musulmana y la judía.

En Al-Ándalus se destacaron la arquitectura, la ciencia y el pensamiento, con figuras como Ibn Hazem (994-1063) o Ibn Rusd (Averroes) (1126-1198). En la España cristiana, algunos monasterios, como el de Ripoll o el de Sahagún, se dedicaron a la copia y conservación de libros.

En el siglo IX nació la ruta jacobea de peregrinación a la presunta tumba del apóstol Santiago el Mayor. El Camino de Santiago se convirtió en una ruta clave para la difusión cultural. Llegaron de otros lugares de la Europa cristiana modelos literarios, como los cantares de gesta, y estilos artísticos, como el románico y el gótico. La influencia cultural también se dio en el sentido contrario y las aportaciones culturales de los reinos cristianos y musulmanes de la península llegaron al resto de Europa.

A partir del siglo XI se inició un período de impulso cultural paralelo a la formación de las lenguas romances, como el castellano (empleado para la composición del Cantar de mio Cid, en torno a 1207), el gallego, el portugués o el catalán-valenciano. En el siglo XIII aparecieron las primeras universidades (como la de Salamanca en 1218, que recibió el título de universidad en 1252).

Un importante puente cultural entre el mundo islámico y la cristiandad fue la prestigiosa Escuela de traductores de Toledo, que alcanzó su apogeo durante el reinado de Alfonso X de Castilla, llamado “el Sabio”, en el siglo XIII. Allí colaboraron cristianos, musulmanes y judíos en la traducción de textos del árabe o el hebreo al latín y al castellano. La Escuela de traductores fue muy importante en la difusión, tanto en la península como en el resto de Europa, de obras científicas, filosóficas y literarias de autores clásicos griegos, romanos y “orientales” de las que, en muchos casos, se habían perdido en sus versiones originales.

Sin embargo, en los reinos cristianos las minorías religiosas vivieron a menudo marginadas, como los judíos (mayoritariamente urbanos) y los mudéjares (musulmanes que continuaban viviendo en los territorios conquistados por los cristianos, principalmente en el campo). 

Cuando los Reyes Católicos conquistaron el reino nazarí de Granada, se decretó la expulsión de los judíos (1492) y musulmanes (1502 y 1525) de la península, lo que provocó desplazamientos y conversiones forzadas (judeoconversos y moriscos continuaron viviendo en la península)

Las manifestaciones artísticas de los reinos cristianos durante la Reconquista

El románico español

El Pórtico de la Gloria manifiesta una transición del románico al gótico.

En el siglo XI se introdujo en la Península Ibérica el arte románico, el estilo internacional de la cristiandad de la época. Sus rasgos más singulares eran el predominio del macizo sobre el vano y el carácter simbólico de la mayoría de sus elementos.

  • Arquitectura. Los edificios más significativos de este estilo son el monasterio catalán de Santa María de Ripoll, la catedral de Jaca en Aragón, la iglesia de San Martín de Frómista en Palencia y la catedral de Santiago de Compostela.
  • Escultura. Se destaca por el Pórtico de la Gloria en la catedral de Santiago de Compostela (que presenta un estilo de transición al gótico), la fachada del monasterio de Ripoll o el tímpano de la portada de la catedral de Jaca.
  • Pintura. Se destacan obras como las de la basílica de San Isidoro de León o las de la iglesia de San Clemente de Tahull en Lérida.

El gótico español

A partir del siglo XIII se impuso en la cristiandad un nuevo estilo, el gótico. En contraste con el románico, el gótico daba primacía al vano sobre el macizo, a la vez que buscaba rasgos como la verticalidad y la luminosidad. También se caracterizaba por su pretensión naturalista.

  • Arquitectura. De este estilo son las catedrales de Burgos, Toledo y León, situadas en la corona de Castilla, y las de Barcelona y Palma de Mallorca, en la corona de Aragón.
  • Escultura. La obra maestra es el Pórtico de la Gloria de la catedral de Santiago de Compostela, muestra de la transición del arte románico al gótico.
  • Pintura. Alcanzó un gran desarrollo en el siglo XV, con nombres tan relevantes, en la corona de Castilla como los de Jorge Inglés y Fernando Gallego, y en la corona de Aragón, como Bartolomé Bermejo y Jaume Huguet.

El arte mudéjar

El arte mudéjar alcanzó un notable desarrollo en la Península Ibérica, especialmente en Castilla y Aragón. Este estilo se adaptó a las líneas del románico y el gótico, pero introdujo novedades como el uso del ladrillo o el azulejo o la presencia de elementos ornamentales de raíz musulmana.

Ejemplos típicos del arte mudéjar son los reales alcázares de Sevilla, el monasterio de Santa Clara en Tordesillas (Valladolid) o la torre de San Martín en Teruel.

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Referencias

  • Britannica, Encyclopaedia (2023). Reconquista. Encyclopedia Britannica. https://www.britannica.com/
  • Ríos Saloma, M. F. (2011). La Reconquista. Una construcción historiográfica (siglos XVI-XIX). Marcial Pons.
  • Valdeón Baruque, J. (2006). La Reconquista. El concepto de España: unidad y diversidad. Espasa.
  • VV.AA. (2012). La Reconquista. Desperta Ferro Antigua y Medieval, nro. 13.

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Gayubas, Augusto (24 de octubre de 2024). Reconquista española. Enciclopedia Humanidades. Recuperado el 5 de noviembre de 2024 de https://humanidades.com/reconquista-espanola/.

Sobre el autor

Autor: Augusto Gayubas

Doctor en Historia (Universidad de Buenos Aires)

Fecha de actualización: 24 de octubre de 2024
Fecha de publicación: 28 de septiembre de 2023

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