Te explicamos quiénes eran los unitarios y los federales, cuáles eran las razones de sus enfrentamientos y sus características generales.
¿Quiénes eran los unitarios y federales?
Se conoce como unitarios y federales a los representantes de dos proyectos contrapuestos de organización nacional de las Provincias Unidas del Río de la Plata (posteriormente llamadas República Argentina) tras la declaración de la independencia respecto de España. Estos dos bandos se agruparon respectivamente en el Partido Unitario y el Partido Federal y se enfrentaron militarmente en una guerra civil entre 1828 y 1831.
Los unitarios proponían la organización de un gobierno nacional radicado en Buenos Aires (antigua capital del Virreinato del Río de la Plata) y la subordinación de las provincias a la autoridad central. También defendían el libre comercio y las reformas modernizadoras. Los federales apoyaban la autonomía casi total de las provincias, con su propio gobierno y constitución pero integradas en una confederación. Sus proyectos económicos variaban según su pertenencia regional (al litoral, al interior o a Buenos Aires).
La guerra civil terminó con la victoria militar de los federales en 1831 y la consolidación del poder de Juan Manuel de Rosas en 1835, quien asumió la gobernación de Buenos Aires con la suma del poder público. Desde entonces comenzó la época de Rosas al frente de la Confederación Argentina. El Partido Unitario se disgregó yalgunos exiliados unitarios se unieron a otros opositores al rosismo (liberales y federales), con los que conspiraron contra Rosas hasta su caída en 1852.
Puntos clave
- Unitarios y federales fueron dos bandos enfrentados por la forma en que debía organizarse el territorio de las Provincias Unidas del Río de la Plata tras la proclamación de la independencia (1816).
- Los unitarios proponían un régimen centralizado, en el que las provincias se subordinaran al gobierno central instalado en Buenos Aires.
- Los federales defendían la autonomía de las provincias y un régimen de confederación que otorgara facultades limitadas al gobierno central.
- El conflicto entre unitarios y federales dominó la década de 1820 y derivó en una guerra civil (1828-1831) que concluyó con el triunfo de los federales.
- Ver además: Centralismo y federalismo
¿Qué planteaban los unitarios?
El Partido Unitario fue el bando que integró a políticos y militares que creían en la organización de las provincias bajo la autoridad de un gobierno central radicado en Buenos Aires. Este partido derivaba del centralismo que había surgido durante el proceso independentista y se consolidó durante el Congreso Constituyente de 1824, cuando sus ideas consiguieron imponerse a las de los federales y llevaron a la aprobación de la Constitución de 1826, de carácter unitario.
Los unitarios se inspiraban en la idea de que la nación estaba antes que las provincias y estas no debían ser más que divisiones del territorio nacional. Además, proponían la eliminación de las aduanas internas, la promoción del libre comercio y la modernización económica e institucional.
La mayoría de los miembros del Partido Unitariopertenecían a la élite bonaerense y de algunas capitales provinciales y tenían poca influencia en la población rural, especialmente en los estratos bajos.
¿Qué planteaban los federales?
El Partido Federalsurgió a partir de los preceptos de la Liga Federal (también llamada Unión de los Pueblos Libres), encabezada por José Gervasio Artigas en el contexto de las luchas por la independencia. Su proyecto consistía en establecer un régimen federal en el que se reconociera la autonomía de las provincias, con sus propios gobiernos y constituciones, y en el que el poder central tuviera unas pocas facultades delegadas (por ejemplo, en materia de relaciones exteriores).
Por lo tanto, el federalismo admitía el establecimiento de una república pero rechazaba la existencia de un poder central hegemónico, pues buscaba defender los intereses económicos regionales y las tradiciones de las provincias y sus sectores dirigentes.
Los caudillos del Partido Federal eran miembros de los sectores dirigentes de las provincias del interior, el litoral y Buenos Aires. Algunos defendían el proteccionismo (por ejemplo, en el interior) y otros defendían la libre navegación de los ríos (por ejemplo, en el litoral). Además,contaban con muchos apoyos en los sectores rurales, tanto estancieros acomodados como gauchos y grupos de extracción social baja. Uno de sus rasgos militares característicos fue el uso de milicias rurales llamadas “montoneras”.
Origen del conflicto entre unitarios y federales
El enfrentamiento entre unitarios y federales tuvo como antecedente el conflicto entre centralistas y federales cuando todavía se libraba la guerra de la independencia contra el dominio español en el territorio que había pertenecido al Virreinato del Río de la Plata. Estos dos bandos formaban parte del grupo de patriotas que desde la formación de la primera junta de gobierno tras la Revolución de Mayo de 1810 luchaban contra el ejército realista.
Aunque coincidían en la necesidad de proclamar la independencia, ambos bandos tenían ideas distintas sobre la organización política y territorial:
- Los centralistas defendían el predominio del gobierno central establecido en Buenos Aires (llamado en ese entonces Directorio).
- Los federales, encabezados por José Gervasio Artigas (caudillo de la Banda Oriental), proponían un modelo federal basado en la autonomía de las provincias integradas en una confederación.
Esto provocó conflictos armados que se produjeron en simultáneo con las luchas contra los realistas y los portugueses. Tras la promulgación de la Constitución de 1819, que fue rechazada por los caudillos federales del litoral debido a su centralismo, se recrudecieron los enfrentamientos.
El Directorio mandó al Ejército del Norte a combatir contra los caudillos del litoral pero sus tropas se sublevaron en Arequito (Santa Fe). Finalmente, el bando federal venció en la batalla de Cepeda de febrero de 1820, encabezado por Estanislao López (de Santa Fe) y Francisco Ramírez (de Entre Ríos), antiguos lugartenientes de Artigas.
La autoridad central se desintegró y el país quedó dividido en trece provincias autónomas con sus propias instituciones. A partir de allí, los desacuerdos entre unitarios y federales respecto a cómo organizar el territorio de las Provincias Unidas del Río de la Plata fueron la principal característica política de la década de 1820. Los historiadores tradicionales llamaron a este período “la anarquía del año veinte”.
La Constitución unitaria de 1826
Tras la disolución del Directorio, Buenos Aires pasó a ser una provincia más y dedicó los ingresos de su aduana a políticas locales de modernización, especialmente bajo la gestión de Bernardino Rivadavia como ministro de Gobierno (1821-1824), época que algunos llamaron “la feliz experiencia”.
En las demás provincias la situación era más complicada, especialmente por los conflictos entre caudillos y la escasez de recursos en algunas de ellas. Por ejemplo, el noroeste argentino había perdido su comercio con el Alto Perú tras la independencia y tenía dificultades para encontrar un mercado para sus productos.
En 1824 se reunió un Congreso Constituyente convocado por el gobierno de Buenos Aires en el que se presentaron dos propuestas distintas para la organización nacional:
- Los unitarios defendieron la formación de un gobierno centralizado.
- Los federales propusieron un régimen en el que se le concediera mayor autonomía a las provincias.
Finalmente, se impuso la posición unitaria y se promulgó una Constitución en 1826 que adoptó como forma de gobierno de la nación “la forma representativa republicana, consolidada en unidad de régimen”. Los gobernadores provinciales quedaban así “bajo la inmediata dependencia del presidente”. Sin embargo, esta Constitución fue rechazada por la mayor parte de las provincias.
En el contexto de la guerra contra el Brasil iniciada en 1825 y los conflictos internos con los federales, Bernardino Rivadavia, nombrado presidente de la república en 1826, renunció al cargo en 1827. El régimen unitario se derrumbó. Buenos Aires volvió a ser considerada una provincia más y debió elegir un nuevo gobernador. Este cargo lo asumió el federal porteño Manuel Dorrego.
La guerra civil (1828-1831)
El fusilamiento de Manuel Dorrego
El gobierno de Buenos Aires se ocupaba de las relaciones exteriores de las provincias, por lo que dirigió la guerra contra el Brasil (con quien disputaba el territorio de la Banda Oriental). La guerra terminó en agosto de 1828, cuando el gobernador de Buenos Aires, Manuel Dorrego, aceptó firmar la paz y reconocer la independencia de la Banda Oriental con la mediación del gobierno británico.
Este hecho generó descontento entre algunas tropas argentinas que habían luchado en Brasil, lo que fue aprovechado por los líderes unitarios. El general Juan Lavalle volvió con su ejército a Buenos Aires y encabezó una sublevación contra el gobierno federal de Dorrego, quien fue derrocadoel 1 de diciembre de 1828. De este modocomenzó una guerra civil entre unitarios y federales.
Lavalle se proclamó gobernador de Buenos Aires y comenzó la persecución de Dorrego, quien formó un ejército con fuerzas de la campaña bonaerense junto al coronel Juan Manuel de Rosas. Sin embargo, el 9 de diciembre las tropas de Dorrego fueron derrotadas por el ejército unitario en la batalla de Navarro y el líder federal fue apresado por dos de sus oficiales, quienes lo entregaron a Lavalle.
El 13 de diciembre, Dorrego fue fusilado por orden de Lavalle, instigado por otras personalidades del Partido Unitario, como Salvador María del Carril. Los caudillos federales de las provincias manifestaron su reprobación y Rosas se unió a Estanislao López en Santa Fe para enfrentarse al ejército unitario de Lavalle. Mientras tanto,el general José María Paz se unió a la causa unitaria e invadió Córdoba.
La Liga del Interior y el Pacto Federal
Las tropas de Lavalle fueron derrotadas por los federales en la batalla de Puente Márquez en 1829 y debieron replegarse a la ciudad de Buenos Aires. A continuación, Lavalle y Rosas llegaron a un acuerdo por el que se restableció la Junta de Representantes de Buenos Aires que nombró gobernador a Rosas, lo quemarcó el fin del período unitario en la provincia.
En Córdoba, el general Paz se proclamó gobernadory continuó combatiendo contra las tropas federales encabezadas por caudillos como Juan Facundo Quiroga. En 1830 formó la Liga del Interior (también llamada Liga Unitaria), una alianza ofensiva y defensiva integrada por nueve provincias que pasaron a identificarse con el Partido Unitario: Córdoba, Tucumán, Salta, Catamarca, Mendoza, San Juan, San Luis, La Rioja y Santiago del Estero. Paz fue nombrado supremo poder militar.
La respuesta de los gobiernos federales fue la firma del Pacto Federal en 1831 entre Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos y, posteriormente, Corrientes. Paz fue tomado prisionero en mayo de 1831 y el ejército unitario comenzó a perder terreno hasta su definitiva derrota ante las tropas de Quiroga en la batalla de La Ciudadela el 4 de noviembre de 1831.
Fin del conflicto entre unitarios y federales
Con el fin de la guerra civil en 1831, las provincias quedaron en manos de caudillos federales y se consiguió una adhesión completa al Pacto Federal. Sin embargo, tras la muerte de Quiroga en febrero de 1835, Rosas fue nombrado nuevamente como gobernador de Buenos Aires en marzo de 1835, esta vez con la suma del poder público. Rosas logró imponer su idea de que el país no estaba en condiciones de ser organizado constitucionalmente.
La derrota de la Liga del Interior y el exilio al que se vieron forzados los unitarios debido a la persecución del régimen de Rosasprovocaron el fin del Partido Unitario. Sin embargo, las luchas continuaron y algunos antiguos unitarios se unieron a otros opositores al rosismo, tanto liberales como disidentes federales. De todos modos, durante la época de Rosas no se estableció una Constitución federal y las provincias se organizaron como una confederación subordinada a las decisiones políticas de Rosas y a los intereses de los hacendados bonaerenses.
Consecuencias del conflicto entre unitarios y federales
Tras la muerte de Facundo Quiroga en 1835, Juan Manuel de Rosas asumió el cargo de gobernador de Buenos Aires con la suma del poder público y gobernó de hecho el país entre 1835 y 1852. Durante esta etapa se impuso un régimen de persecución y exilio de opositores políticos, tanto unitarios como federales.
Algunos exiliados fueron los jóvenes de la generación del 37, como Domingo Faustino Sarmiento, Esteban Echeverría y Juan Bautista Alberdi. El 3 de febrero de 1852, Rosas fue derrotado en la batalla de Caseros por el Ejército Grande, liderado por el caudillo federal entrerriano Justo José de Urquiza, y se exilió en Inglaterra.
Urquiza promovió el Acuerdo de San Nicolás que llevó a la promulgación de la Constitución de 1853, que proclamó una forma de gobierno federal y fue aprobada por todas las provincias excepto Buenos Aires. Urquiza fue entonces elegido como primer presidente de la Confederación Argentina.
Buenos Aires se integró posteriormente a la nación y consiguió que en 1862 fuera elegido presidente de la nación el porteño Bartolomé Mitre, de ideología liberal, quien había vencido a las tropas de la Confederación en la batalla de Pavón en 1861.
Líderes y batallas del conflicto entre unitarios y federales
Los principales líderes federales de la época en la que se enfrentaron con los unitarios fueron:
- José Gervasio Artigas (1764-1850)
- Estanislao López (1786-1838)
- Francisco Ramírez (1786-1821)
- Manuel Dorrego (1787-1828)
- Juan Facundo Quiroga (1788-1835)
- Juan Felipe Ibarra (1787-1851)
- Justo José de Urquiza (1801-1870)
- Juan Manuel de Rosas (1793-1877)
Algunos de los principales líderes unitarios fueron:
- Bernardino Rivadavia (1780-1845)
- Juan Lavalle (1797-1841)
- Salvador María del Carril (1798-1883)
- Juan Cruz Varela (1794-1839)
- Florencio Varela (1807-1848)
- José María Paz (1791-1854)
- Gregorio Aráoz de Lamadrid (1795-1857)
Las batallas más importantes de la guerra civil entre unitarios y federales fueron:
- Navarro (9 de diciembre de 1828), victoria unitaria
- Las Palmitas (17 de febrero de 1829), victoria unitaria
- Las Vizcacheras (28 de marzo de 1829), victoria federal
- San Roque (22 de abril de 1829), victoria unitaria
- Puente Márquez (26 de abril de 1829), victoria federal
- Córdoba (21 de junio de 1829), victoria federal
- La Tablada (22 y 23 de junio de 1829), victoria unitaria
- Pilar (22 de septiembre de 1829), victoria federal
- Oncativo (25 de febrero de 1830), victoria unitaria
- Puntas del Obispo (17 de diciembre de 1830), victoria federal
- Fraile Muerto (5 de febrero de 1831), victoria federal
- Río Quinto (18 de marzo de 1831), victoria federal
- La Ciudadela (4 de noviembre de 1831), victoria federal
El conflicto entre unitarios y federales y el régimen rosista fueron temas habituales en la literatura argentina. Algunas de las obras más destacadas fueron Facundo o civilización y barbarie (1845), de Domingo Faustino Sarmiento, Amalia (1855), de José Mármol y El matadero (1871), de Esteban Echeverría.
En el arte visual, se destacaron las pinturas de Carlos Morel (Carga de caballería, Combate de caballería en la época de Rosas) y las litografías de César Hipólito Bacle.
Referencias
- Calvert, P. A. R. & Halperin Donghi, T. (2023). History of Argentina. Encyclopedia Britannica. https://www.britannica.com/
- Goldman, N. (dir.) (2005). Revolución, república, confederación (1806-1852). Sudamericana.
- Luna, F. (1993). Breve historia de los argentinos. Planeta.
- Ternavasio, M. (2009). Historia de la Argentina 1806-1852. Siglo XXI.
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