Te contamos quién fue santo Tomás y cuáles fueron sus aportes a la filosofía. Además, su relación con la teología y la razón.
¿Quién fue santo Tomás de Aquino?
Tomás de Aquino (1224/1225-1274), mejor conocido como santo Tomás de Aquino, fue un filósofo, teólogo y presbítero cristiano nacido en Roccasecca, Italia. Nombrado Doctor Angélico, Doctor Común y Doctor de la Humanidad por la Iglesia católica, es considerado una de las máximas figuras de la escolástica medieval, así como el punto de referencia tomista y neotomista en asuntos de teología y metafísica aristotélico-cristianas. Su obra más importante es la Suma teológica y su festividad se celebra el 28 de enero.
Santo Tomás es reconocido por haber sido quien reintrodujo la obra de Aristóteles a la filosofía medieval, ya que comentó detalladamente los grandes tratados aristotélicos, además de utilizarlos en sus obras teológicas. También recibió influencias del platonismo de San Agustín y del aristotelismo de Averroes (filósofo islámico) y Maimónides (filósofo judío).
La Suma teológica es un compendio de la doctrina católica que resume las cinco vías a favor de la existencia de Dios postuladas por santo Tomás. La otra gran obra de Tomás es la Suma contra los gentiles, escrita a pedido de San Raimundo de Peñafort.
Santo Tomás falleció en la Abadía de Fossanova el 7 de marzo de 1274.
Ver además: Escolástica
Vida de santo Tomás de Aquino
Tomás de Aquino nació en 1224 o 1225, en el castillo de Roccasecca, cerca de Aquino, en Italia. Hijo de una familia noble, fue enviado a formarse al monasterio benedictino de Montecassino. Cuando en 1239 el emperador Federico II se apoderó de la abadía, Tomás continuó sus estudios en la Universidad de Nápoles.
En Nápoles, Tomás se encontró con la obra de Aristóteles y con la Orden Dominicana, conocida como la Orden de Predicadores, a la que decidió entrar. Su familia, sin embargo, se opuso, y sus hermanos lo persiguieron y atraparon, y luego lo apresaron en el castillo de Monte San Giovanni Campano y en la fortaleza de Roccasecca. En 1245 logró escapar y la orden dominicana lo envió a estudiar a París.
Durante tres años, Tomás estudió bajo la dirección del obispo Alberto Magno (1193-1280), quien luego fue nombrado regente de Colonia, donde Tomás lo siguió. Allí terminó sus estudios, fue ordenado sacerdote y se dedicó a la docencia. Al poco tiempo, regresó a París y en 1256 recibió la licentia docendi, que era el permiso para enseñar de la época, hoy equivalente a un doctorado.
En 1259 fue llamado como maestro a la curia pontificia en Anagni y en Orvieto, donde conoció a Guillermo de Moerbeke (1215-1286), traductor de Aristóteles. Por esa época comenzó a escribir la Suma Teológica.
En 1265 fue trasladado a Roma. Allí organizó el Estudio General de la orden dominicana. Se le ofreció el arzobispado de Nápoles, ofrecimiento que rechazó, concentrado en la docencia y la investigación. Al tiempo, Tomás fue nombrado consejero personal del papa Urbano IV, quien le encargó la Catena aurea, que es un comentario a los cuatro Evangelios.
En 1269 fue enviado de nuevo a París. Allí tuvo que enfrentarse a tres escuelas de pensamiento: los idealistas agustinos, los seculares antimendicantes y los averroístas. En su estancia en París concluyó la segunda parte de la Suma Teológica y publicó distintas cartas a través de las que derrotó a sus contrincantes intelectuales, sobre todo al averroísmo.
Al terminar su trabajo en París, Tomás partió a Nápoles, donde escribió la tercera parte de la Suma Teológica y experimentó una revelación mística que le hizo imposible escribir. El papa Gregorio X lo invitó al Concilio de Lyon II, pero Tomás enfermó y el 7 de marzo de 1274 murió en la abadía de Fossanova.
Pensamiento de santo Tomás de Aquino
Santo Tomás de Aquino es conocido por ser el teólogo que introdujo el pensamiento aristotélico a la teología cristiana escolástica del siglo XIII. Al pensamiento de Tomás se lo conoce como “tomismo”, en especial a partir de su canonización en 1323, por el papa Juan XXII.
El gran mérito de Tomás de Aquino radica en haber podido sintetizar la razón con la fe, es decir, la filosofía con la teología. Tomás consideraba que la razón era una razón autónoma en todas las cosas a excepción de los asuntos relacionados a la revelación divina. La razón permitía, entonces, explicar adecuadamente los asuntos de la filosofía natural e incluso de la metafísica, siempre y cuando se apoyaran en los textos de Aristóteles, que él consideraba como el gran filósofo.
Algunos de los temas que trabajó Santo Tomás fueron:
- La idea de Dios como primer motor de un mundo eterno. Esta afirmación aristotélica, que Averroes consideró como causa primera de un mundo eterno, se vio modificada por santo Tomás. Para él, Dios era el ser subsistente, ser en sí, o sencillamente el ser mismo. Esta es la idea de que quien crea lo que existe, debe ser la perfección del existir, y por lo tanto, debe ser el acto puro de ser, el ser subsistente: solo Dios cumple este requisito.
- La triple caracterización del ser. En su caracterización de Dios como ser subsistente, Tomás afirmó que el ser se distingue por tres rasgos principales: la unicidad, la verdad y la bondad.
- La idea del hombre como compuesto de alma y cuerpo. Tomás afirmó que el alma no era la mera forma del cuerpo sino que además le daba su ser y la individualidad. Para él, el hombre existía y era individuo por el alma, que era el principio de vida vegetativa, sensitiva e intelectual.
- La verdad como adecuación del intelecto a la cosa. En su defensa de Aristóteles, Tomás rescató la idea de que el entendimiento toma la forma genérica y substancial de los objetos exteriores, atrayéndolos hacia sí para formar un universal en acto (similar a un concepto). Así, la verdad es la verdad de las cosas. Esto significa que la verdad es el entendimiento adecuándose a la cosa, hoy conocido como “verdad semántica” o “verdad epistemológica”.
A pesar de la autonomía dada a la razón, Tomás afirmó que existe una superioridad de las verdades de la teología respecto a las verdades racionales. Esto se debe a que el origen de las verdades teológicas es Dios.
Sin embargo, esto no significa que la filosofía no pueda alcanzar conocimientos verdaderos, sino que termina por resultar limitada en ocasiones donde es necesario utilizar la fe.
Demostración de la existencia de Dios
En la Suma teológica, santo Tomás demostró la existencia de Dios a partir de la formulación teológica conocida como las “Cinco Vías”. Estas consisten en una demostración a posteriori de la existencia de Dios, es decir, partiendo del hecho de su existencia.
- La Primera Vía explica la existencia de Dios a partir de la distinción entre acto y potencia, que dice que un mismo ente no puede mover y ser movido al mismo tiempo. Si todo lo que se mueve lo hace gracias a otro ente, para evitar una regresión al infinito debe haber un principio de todo, identificado con Dios.
- La Segunda Vía explica la existencia de Dios a partir de la causa eficiente, que sostiene que todo objeto es causado por algo anterior a él. Por lo tanto, debe haber una “Causa Incausada”, identificada con Dios.
- La Tercera Vía explica la existencia de Dios a partir de lo posible, que afirma que las cosas son contingentes. Todo lo contingente no puede existir eternamente, por lo que debe haber un “Ser Necesario”, identificado con Dios.
- La Cuarta vía explica la existencia de Dios a partir de la jerarquía de valores de las cosas, que sostiene que las cosas son más o menos buenas, nobles o veraces, acorde a un máximo, que es la causa de todo lo que pertenece a ese género. Esa causa se identifica con Dios.
- La Quinta Vía explica la existencia de Dios a partir del ordenamiento de las cosas, que sostiene que si todas las cosas obran acorde al fin de lo mejor (es decir, actúan según el mejor fin posible), y hay ciertos seres que actúan sin conocimiento e inteligencia, solo pueden actuar si son dirigidos por una inteligencia superior. Esta inteligencia se identifica con Dios.
Obras de santo Tomás de Aquino
La obra de Tomás de Aquino es considerada de las más extensas e importantes para el pensamiento teológico cristiano. De sus escritos, los más conocidos son aquellos que funcionan como síntesis teológicas, usualmente llamados Summas: Suma Teológica, Suma contra los gentiles y su Comentario a los cuatro libros de las Sentencias de Pedro Lombardo, mejor conocido como Scriptum super Sententiis.
La totalidad del trabajo escrito de Tomás de Aquino puede dividirse de la siguiente manera:
- Tres summas (Suma teológica, Suma contra los gentiles y Scriptum super Sententiis)
- La Catena aurea
- Once comentarios a los trabajos de Aristóteles
- Las exposiciones a los trabajos de Boecio y Proclo
- Cinco responsa (opiniones expertas)
Además, existen muchas disputas académicas y disputas quodlibetales publicadas como tratados. También hay cerca de cien sermones, varios tratados dispersos sobre teología y un texto litúrgico.
Recepción de la obra de santo Tomás de Aquino
La obra de santo Tomás de Aquino es objeto de una recepción filosófica y teológica notable. Su enfoque sistemático y su capacidad para integrar la filosofía aristotélica con la teología cristiana le valieron un lugar destacado en la historia del pensamiento cristiano y filosófico en general.
La mayoría de sus receptores ha elogiado su capacidad para desarrollar y expandir las ideas aristotélicas, reconociendo su influencia duradera en el pensamiento occidental.
Sin embargo, los textos de santo Tomás han sido objeto de críticas y debates filosóficos a lo largo de los siglos. Algunos filósofos han cuestionado su énfasis en la autoridad de la Iglesia y su aparente falta de originalidad en comparación con Aristóteles, hecho desmentido no solo por sus seguidores, sino por la evidente singularidad de su obra.
Sus escritos continúan siendo objeto de estudio y debate en ámbitos académicos y teológicos, y su enfoque integrador es una referencia importante para aquellos que buscan explorar las intersecciones entre la filosofía y la fe. A pesar de las críticas y los desacuerdos, la obra de Santo Tomás ha dejado un legado significativo en la filosofía y sigue siendo una voz influyente en el diálogo entre la razón y la religión. Pensadores como Henri Bergson (1859-1941), Étienne Gilson (1884-1978), Maurice Blondel (1861-1949) y Jacques Maritain (1992-1973) han dedicado parte de su obra a trabajar el pensamiento de santo Tomás.
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Referencias
- Beuchot, M. (2004). Introducción a la filosofía de Santo Tomás de Aquino (Vol. 37). Editorial San Esteban.
- de Aquino, T., & Widow, J. A. (1995). Escritos políticos de santo Tomás de Aquino. Estudios Públicos, (57).
- Martínez, E. (2000). Persona y educación en Santo Tomás de Aquino (Doctoral dissertation, Universitat de Barcelona).
- Chesterton, G. K. (1974). Tomás de Aquino. Andres Bello.
- De Aquino, T., & De Vío, T. (1974). El ente y la esencia. Editorial Tor.
- De Aquino, T., Viejo, F. B., Ramírez, S. M., Martínez, A., & Colunga, A. (1947). Suma teológica (Vol. 1). La Editorial Católica.
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