San José

Te explicamos quién fue José de Nazaret, más conocido como san José, y por qué constituye una importante figura bíblica y santo cristiano.

San José
San José fue el padre de Jesús de Nazaret, profeta fundador del cristianismo.

¿Quién fue José de Nazaret?

José de Nazaret, conocido en el cristianismo como san José, fue el padre adoptivo de Jesús de Nazaret, quien de acuerdo a la tradición religiosa fue engendrado en María, la esposa de José, por el Espíritu Santo. Es considerado como un santo por la mayoría de las Iglesias cristianas.

De acuerdo a la tradición bíblica, José fue un hombre justo, a quien se presentó en sueños el arcángel Gabriel para anunciarle que su mujer daría a luz al mesías anunciado en los antiguos textos hebreos. Convencido por el anuncio divino, José ocupó el lugar paterno en la Sagrada Familia cristiana, como guardián y protector del niño Jesús y de María.

La figura de San José es motivo de estudios por parte de la josefología, una de las ramas teológicas del cristianismo, ya que en torno a su vida y su manera de pensar existen distintas versiones. Fue, además, asumido como modelo de humildad, obediencia y sacrificio por parte de distintas órdenes religiosas, especialmente la franciscana.

Los santos evangelios mencionan a José únicamente en la etapa previa al ministerio de Jesús de Nazaret, por lo que se asume que, antes de que el profeta alcanzara la madurez y comenzara a evangelizar, José habría fallecido. Existen sin embargo otros relatos sobre la vida del santo en textos cristianos apócrifos, como el Protoevangelio de Santiago (siglo II d. C.) o La historia de José el carpintero (siglo VI d. C.).

Los orígenes de José de Nazaret

A pesar de lo que su nombre sugiere, José nació en Belén, una provincia del Imperio romano, a mediados o finales del siglo I a. C. De acuerdo a los evangelios, pertenecía a la estirpe del rey David, es decir, era descendiente del profeta Abraham, y su padre fue el profeta Elí (según Lucas) o Jacob (según Mateo).

Su nombre proviene del hebreo yôsef, derivado del verbo iehosif (“añadir”). El origen de su nombre se explica en el libro del Génesis, pues su madre, Raquel, tenía problemas para concebir y cuando finalmente quedó embarazada y dio a luz, “Le llamó José, como diciendo: ‘Añádeme Yahveh otro hijo” (30, 22-24). Poco más se sabe de los orígenes de José de Nazaret. El relato de su vida que se da en los evangelios comienza ya en la adultez, cuando se disponía a casarse con la virgen María, madre de Jesús de Nazaret.

San José y la virgen María

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Un arcángel le anunció a José que su mujer esperaba el hijo del Espíritu Santo. Así se lo imaginó Francisco de Goya en 1772.

De acuerdo al evangelio de Mateo (13:55a), José era carpintero de oficio y era un hombre humilde cuando le fue prometida María en matrimonio. En los relatos no oficiales se cuenta que ya había estado casado y tenía varios hijos, por lo tanto, era viudo y bastante mayor que María.

Los evangelios tampoco explican mucho sobre la infancia y juventud de María, pero sí que era virgen al momento de ser prometida a José. Este era un detalle significativo para las leyes hebreas de la época, según las cuales el vínculo matrimonial no podría romperse sino a través de la muerte o el repudio.

Según el evangelio, cuando se disponía a consumar el matrimonio con María, José se percató de que la joven estaba embarazada. Pensó en repudiarla discretamente, para evitar así que fuera apedreada, según ordenaba la Torá hacer con las mujeres adúlteras. Antes de que tomara la decisión, sin embargo, se le presentó en sueños el arcángel Gabriel para anunciarle que el hijo en el vientre de María era fruto del Espíritu Santo y que era el mesías que venía al mundo conforme las antiguas profecías.

Siguiendo las instrucciones del arcángel, José aceptó a María y asumió al hijo venidero como propio. De acuerdo a distintas interpretaciones religiosas, en este gesto (y en el de no haber querido que María fuese apedreada) José demostró su justeza y su bondad, a pesar de tratarse de un seguidor fiel de las leyes hebreas de la época.

Cuando el embarazo de María estuvo bastante avanzado, José se vio en la obligación de partir de Nazaret a Belén, al sur de Jerusalén, por motivos que no se han podido esclarecer demasiado. El evangelio de Lucas afirma que debieron ir a Belén para cumplir con el censo poblacional de Judea, ordenado por las autoridades romanas.

Estando en Belén, María entró en labores de parto y José buscó infructuosamente un lugar que los recibiera, por lo que tuvieron que conformarse con el lugar donde guardaban a los animales. Juntando la paja hicieron un pesebre para que la virgen se tendiera y, en presencia de una mula y un buey, trajeron al mundo a un niño que llamaron Yēšūa ben Yoséf, o sea,Jesús (o Josué), hijo de José.

El sitio en el que nació Jesús se conoce como el Portal de Belén y en su lugar se erigió, en el siglo IV, la Basílica de la Natividad, un templo reverenciado actualmente por las distintas iglesias cristianas.

De acuerdo a la tradición religiosa, a ese lugar en Belén llegaron, en los días siguientes, tres sabios persas, conocidos en Occidente como los tres reyes magos, cargados de obsequios para agasajar al rey de los judíos, que acababa de nacer. Sus nombres eran Melchor, Gaspar y Baltazar, y llegaron al niño Jesús guiados por la estrella de Belén.

Asimismo, pastores y campesinos fueron convocados por el arcángel Gabriel para llevarle ofrendas al hijo de Dios, futuro salvador del pueblo de Israel.

La matanza de los inocentes

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En una gruta como esta, bajo la actual Basílica de la natividad en Palestina, se habrían refugiado José y María para dar a luz al niño Jesús.

De acuerdo al evangelio de Mateo, el rumor de un nuevo “rey de los judíos” recién nacido en Judea llegó a oídos de Herodes I, rey vasallo del Imperio romano, quien entonces se obsesionó con encontrarlo para proteger su reinado. En su empeño por dar con el recién nacido, ordenó la matanza de todos los niños varones menores de dos años en la población de Belén.

A este episodio del Nuevo Testamento, contado únicamente por Mateo (2, 16-18), se le conoce como la Matanza de los Inocentes. Y aunque no existe evidencia histórica concreta que apoye su existencia, se replica en los evangelios apócrifos, en el Protoevangelio de Santiago y el Evangelio armenio de la infancia, todos considerados como relatos no oficiales por la Iglesia cristiana.

Según la tradición, el arcángel Gabriel volvió a presentarse en sueños a José, para advertirle sobre la violencia que se produciría. José decidió abandonar Belén y dirigirse a Egipto, en donde hallaron refugio hasta enterarse de la muerte de Herodes.

Solo entonces José y su familia regresaron a Nazaret, en Galilea. Allí el niño Jesús creció como cualquier otro niño judío de esa época: fue circuncidado a los ocho días de nacer y a los cuarenta días de vida fue presentado ante el templo de Jerusalén, donde se hizo un sacrificio animal en su honor. En los años siguientes, José retomó su oficio de carpintero y se lo transmitió a su hijo.

El episodio del templo en Jerusalén

De acuerdo a las tradiciones hebreas, la familia viajaba una vez al año a Jerusalén, para participar en la fiesta de la Pascua judía. En una ocasión, según cuenta el evangelio de Lucas, cuando el niño Jesús tenía ya cerca de doce años, se separó de su familia cuando emprendía el retorno a Nazaret. Cuando se dieron cuenta, José y María lo buscaron entre sus conocidos y amigos, al ver que no estaba, fueron hasta el Templo de Jerusalén.

Allí, finalmente, encontraron al niño Jesús: sentado y conversando con los sabios judíos, a quienes maravillaba con la profundidad de sus preguntas y sus respuestas. Entonces, cuando José le expresó lo preocupados que estaban por él, el niño le respondió: “¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que tengo que estar ocupado en los asuntos de mi Padre?” (Lucas 2:49, NVI).

Este episodio, conocido como “El niño Jesús entre los doctores” o “Jesús perdido y encontrado en el templo”, es narrado también en el Evangelio árabe de la infancia y ha sido motivo de representación por artistas y pintores a lo largo de la historia.

La muerte y santidad de José de Nazaret

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San José y el niño Jesús, aquí representados por El Greco a inicios del siglo XVII, estuvieron juntos hasta la adolescencia del futuro profeta.

En los evangelios no existe ninguna explicación sobre la muerte de José. En ellos se le menciona por última vez en la adolescencia del profeta, dando a entender que falleció en algún momento después del episodio del templo. Por este motivo, a menudo se le considera un santo “oculto” de la tradición cristiana. Algunas tradiciones afirman que murió apaciblemente, en brazos de Jesús y de María, razón por la cual se le vincula con el “buen morir”.

Aunque la veneración de José de Nazaret comenzó en Egipto, su santidad fue aceptada desde los comienzos del cristianismo y su relato estudiado por numerosos teólogos y filósofos cristianos a lo largo de los siglos. Su patronazgo sobre la iglesia universal fue proclamado en 1870 por el papa Pío IX y ratificado por papas posteriores, incluido el reciente Juan Pablo II (1920-2005).

En la actualidad, San José se considera también como protector de la familia, dado que integra junto con María la familia cristiana modelo. También se le tiene por patrono del trabajo y de los artesanos, debido a su oficio de carpintero, y la Iglesia católica lo declaró santo protector contra la duda.

Referencias

  • Santa Biblia, Nueva Versión Internacional. (2022). Biblica Inc. https://www.biblegateway.com/
  • Martelet, B. (2013). José de Nazaret. El hombre de confianza. Trad. Manuel Morera Rubio. Ediciones Palabra.
  • Opus Dei. (2021). “¿Estuvo casado San José por segunda vez?”. https://opusdei.org/
  • The Encyclopaedia Britannica. (2023). Saint Joseph (biblical figure). https://www.britannica.com/

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Farías, Gilberto (20 de diciembre de 2023). San José. Enciclopedia Humanidades. Recuperado el 5 de noviembre de 2024 de https://humanidades.com/san-jose/.

Sobre el autor

Autor: Gilberto Farías

Licenciado en Letras (Universidad Central de Venezuela)

Fecha de actualización: 20 de diciembre de 2023
Fecha de publicación: 20 de diciembre de 2023

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